Alarma en Barrio Abajo por permanente derrame de aguas en obras de la ‘Fábrica de la Cultura’
Vecinos responsabilizan al contratista del proyecto, Covein, por la grave situación ambiental.
Alarmados se encuentran los vecinos del Barrio Abajo de Barranquilla por el permanente derrame de aguas provenientes de las obras de construcción de la ‘Fábrica de la Cultura’, en el sector de la carrera 50 con calle 40.
De acuerdo con las denuncias, encabezadas por el ciudadano Marlon Therry Giraldo Bedoya, desde hace varias semanas se vienen presentando una serie de irregularidades y un daño ambiental de grandes proporciones, con la construcción de este nuevo edificio.
“En la fase de perforación y cimentación de dicha obra encontraron un manantial de agua natural proveniente de roca caliza, algo impensable aquí en la ciudad de Barranquilla ya que por lo menos para conocer uno, toca recorrer algo más de 300 kilómetros hasta el más cercano entre Valledupar y La Guajira para encontrar uno llamado Montes de Oca en la Serranía del Perijá, un lugar de no muy fácil acceso y el cual sólo está disponible unos meses del año”, asegura.
Sostiene que desde hace varias semanas el contratista se encuentra vertiendo “litros y litros de agua a la calle con dos motobombas de alta potencia, en un intento desmesurado de secar el manantial sin contemplar las consecuencias y el daño ambiental que están ocasionando. Y aquí es donde yo me pregunto: ¿Dónde están los entes encargados en la vigilancia de estas obras? ¿No se supone que antes de dicha construcción debieron haber hecho un estudio de suelo?”.
Las obras de construcción de la ‘Fábrica de la Cultura’ están a cargo del Consorcio EDA Caribe 2018, conformado por Constructora de Obras de Vivienda e Ingeniería S.A.S. –Covein- (85%) y la sociedad Vergel y Castellanos S.A.S. (15%).
El proyecto fue contratado mediante Licitación Pública 003-2018, por un valor de 21.056 millones 349 mil 935 pesos.
La interventoría fue contratada con el consorcio de las Bellas Artes conformado por HM Ingeniería S.A.S. (50%) e Ingeniería Master S.A.S. (50%), representado por Joao Jesús Algarín Blanco, por valor de 2.534 millones 700 mil pesos.
Según el Secretario de Cultura, Patrimonio y Turismo, Juan José Jaramillo, “lo que se encontró es agua producto del nivel freático, no corresponde en ningún momento a un manantial o a un afluente. Esa agua es producto de la cercanía con el Río y el proyecto se estructura a partir de este elemento, manejando el concepto de piscina invertida que consiste en aislarse del agua y las aguas producto de las filtraciones serán utilizadas a través de una planta de tratamiento en el mismo proyecto. Esto mismo ha sucedido en las construcciones de la zona”.
En su concepto, “esas aguas hacen parte del subsuelo de la ciudad y recorren todo el sector y con el concepto de piscina invertida se afectan los menos posible. “Piscina invertida” consiste en aislar el proyecto del agua con unas geomembranas, el agua nunca ingresará a los espacios interiores”.
En todo caso, para los vecinos del sector, resulta preocupante que fenómenos como este, antes de ser protegidos, sean sometidos a la extinción por parte del contratista.
Además que nada justifica el desperdicio de agua totalmente limpia, cristalina y potable, cuando debería ser reaprovechada en otros menesteres en momentos en que, debido a las consecuencias del cambio climático y la inminente presencia del fenómeno de El Niño, caracterizado por fuertes sequías, lo que se requiere es preservar las fuentes de agua y no desperdiciarlas o extinguirlas como está ocurriendo en estas obras de construcción.